¿Abstracto o figurativo?

En la primera mitad del siglo XIX la pugna entre los pintores seguidores de la línea y del contorno, que basaban su ideal del arte en la realización de un método basado en la imitación exacta de la naturaleza (Ingres y Poussin entre los más representativos), y por contra, los artistas (Delacroix, Géricault....) que pensaban que la mancha, el color y el trazo esbozado, sin la imitación exacta de la naturaleza, era el principal medio para plasmar y hacer llegar al espectador la auténtica esencia de lo representado, constituyó por así decirlo, el primer enfrentamiento o divergencia entre lo que ahora llamamos el arte figurativo y el arte abstracto. Fue, eso si, una primera fase de ésta pugna, ya que los pintores que anteponían este efecto de croquis y esa ausencia de detalles artificiosos continuaban representando la naturaleza con formas reconocibles, no abstractas, pero ya intuían que en el “abandono” de la realidad estaba la verdadera creación artística. Más tarde con el impresionismo estos valores, que había abanderado Delacroix , fueron los auténticos vencedores del nuevo arte que abriría las puertas a las nuevas vanguardias del siglo XX.

Con la llegada de ésta nueva ola de jóvenes pintores surgieron varios movimientos pictóricos: el cubismo, el expresionismo alemán, el fauvismo y el futurismo entre otros. Todos ellos abogaban no sólo por una ruptura con el academicismo de los siglos anteriores, sino que fueron más allá, promoviendo un arte basado en el uso del color y de la perspectiva de una forma absolutamente arbitraria y el motivo servía únicamente de referencia para ser transformado según el criterio estético de cada artista.

Dicho esto, y volviendo al tema que encabeza este artículo, pienso que no debería haber polémica entre el arte abstracto y el arte figurativo. Las dos artes caben por igual si saben llegar al espectador con fuerza, creatividad, armonía y sentimiento, al igual que en la música pueden caber el Rock y una sinfonía clásica. Esta polémica la han creado unos intereses de mercado, dejemos, por favor, que los propios artistas y sus espectadores sean los actores de este gran espectáculo que es el arte.

Soy abstracto y me gusta lo abstracto, y lo abstracto es evidentemente muy subjetivo y no entendible para la mayorí­a, y la mayorí­a no puede entender lo abstracto porque no se nos educo para lo abstracto, es más, de niños somos abstractos y dibujamos básicamente con figuras geométricas (Joan Miró se dedico a eso, a intentar pintar como un niño), y fue en las escuelas donde se nos castro nuestra abstracción, con lo cual el criterio mayoritario ante la abstracción se limita a me gusta o no me gusta o no lo entiendo.

Y aunque soy abstracto también me gusta pasearme por lo figurativo.

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